La
noche de Yemanjá “toda la costa es una
fiesta”. Bahía, Río de Janeiro, Montevideo y otras orillas celebran a la diosa
de la mar. La multitud enciende en la arena un lucerío de velas y arroja a las
aguas un jardín de flores blancas y también perfumes, collares, tortas,
caramelos y otras coqueterías y golosinas que a ella tanto le gustan.
Jorge Drexler canta "En el borde de tu falda hoy te vienen a entregar, madre fuerza de las aguas, flores blancas en el mar. Todos saben que en febrero crecen flores en el mar". Esta canción se encuentra en el disco "Llueve".
A partir de la grabación que escuchamos en casa y del texto que vimos en clase, cada alumno va a imaginar y escribir su "Noche de Yemanjá", aquí está el primero:
En la noche
de Yemanjá, no participé en las plegarias de los devotos, pero me acerqué
a la falda del mar para ver el espectáculo de los fíeles
internándose en el agua, el centelleo de las velas encendidas esparcidas
en la arena. Después, como había dado una cita a mis amigos, nos
sentamos en un restaurante, de cara al horizonte, para
paladear platos típicos de Brasil: una "feijoada" a base de alubias,
carne de cerdo y de buey y, de postre, un "Romeo y Julieta", es
decir una pasta de guayaba que comen con queso mineiro (de la región de Minas
Gerais, y semejante a la feta); total, una mezcla de dulce y de salado.
Había
un claro de luna muy fuerte y a pesar del anochecer se podía ver los colores
pasteles de las prendas de casi todos. Acaso un hechicero (o, más
bien, una hechicera, Yemanjá,) hubiera impuesto a todos un código vestimentario
para hacer reinar belleza y pureza.
André
Estoy en Montevideo para descubrir la fiesta de la Noche
de Yemanjà. Voy a la costa al atardecer el 2 de febrero. Veo una muchedumbre en
túnicas blancas: adultos y niños, pobres y ricos, vecinos y turistas. Todos
ponen en la arena velas encendidas en botellas, flores blancas, barquitos de
papel con diferentes ofrendas a Yemanja, la protectora del mar y de la pesca,
de la maternidad y de la familia.
Es un espectáculo muy típico y muy
conmovedor de ver toda esta gente junta, cantando canticos con la música de
tambores, pidiendo a la Virgen en busca de protección y de esperanza.
No olvidaré este magnífico homenaje a
esta reina de las aguas y de los corazones. Me alegre ver que, en nuestro
mundo dominado por dinero, poder y violencia quedan también ritos
ancestrales para celebrar la naturaleza, la familia, la vida, la esperanza…
Agnès
La fiesta de Yemanjá en la playa de Buceo.
La fiesta de Yemanjá en la playa de Buceo.
El
dos de febrero de 2009 estuvimos en Montevideo con nuestros primos uruguayos.
Al final de la tarde nos llevaron a la playa de Buceo. Allá vimos mucha gente:
habitantes de la capital, pero también turistas y principalmente porteños.
Los
montevideanos parecían dedicarse a un culto especial consagrado a Yemanjá,
diosa del Mar. Se
podía ver velas blancas y celestes, coronas de flores y otros regalos que la
gente arrojaba al mar.
Nos
explicaron los primos que este ritual era un homenaje anual a la divinidad bien
conocida en las creencias afrocaribeñas del América Latina como por ejemplo en Salvador de Bahía en Brasil.
Cada
dos de febrero, los fieles están acostumbrados a hacer sus peticiones a
Yemanjá.
En
este lugar resonaban muchos tambores, los mismos que habíamos escuchado en
Colonia del Sacramento tres días antes. Este sonido caracteriza el Carnaval en
Uruguay que se llama el “Candombe”, palabra muy similar a la del “Candomblé” en
el Noreste de Brasil, es decir el culto de los dioses Orishas y la música de
los esclavos en el siglo XIX.
Jean-Jacques
Pellegrin
Nací en la provincia de Berry, una región en el centro de Francia y en otro
tiempo una tierra llena de supersticiones, de hechiceros, hechiceras, brujas y
de “contra “hechiceros, a menudo, porqué sólo ellos sabían leer y utilizar los
libros, los curas podían cazar las maldiciones. Eso es lo que la gente creía…
El agua bendita tenía un gran poder y la gente bebía
mucho de esa para romper un hechizo y también conservar la salud.
Algunos pueblos de la región tenían muy mala fama.
Los hechiceros tenían el poder para hacer hechizos
sobre hombres y también sobre bestias, utilizando sapos, lechuzas, animales que
tenían maldición.
Aquí está es una receta eficiente para matar el
ganado de un vecino despreciado o para siempre, librarse del marido de su amante:
ponga en un tarro un sapo gordo y bien salado. Entiérreselo durante 7 horas. Luego
cláveselo a un árbol en el pastoreo, atraído por la sal, el animal lama el sapo
y se envenena inmediatamente.
Se cuenta la historia que, en los años 1450 en
Bourges la capital de la región, Jacques Coeur, el “argentier” es decir el Ministro
de Hacienda del rey Carlos VII era un alquimista riquísimo que tenía la “pierre
au blanc” y podía convertir con ella el metal en plata.
La famosa escritora Georges Sand, que vivió y murió
en el siglo XIX en el pueblo de Nohant, el de mis abuelos maternos, ha descrito
de una manera estupenda en sus novelas, la vida en el campo en esta época, con
sus creencias y supersticiones.
Hay un interesante museo de la brujería en
Blancafort al norte de Bourges.
Marie-Françoise
Desde el atardecer, una marea humana se dirige de todas
partes hacia la playa. Todos están vestidos de blanco, excepto los turistas y
los curiosos como yo. En efecto, los devotos piensan que el blanco es el color
preferido de la reina del mar que han venido a celebrar.
Se acercan de la orilla, llevando velas encendidas, de modo
que ambos cielo y tierra están llenos de estrellas. Luego, unos entran en el
agua, dejando canastitas y barquitos de papel; no puedo ver lo que hay dentro,
pero huelo perfumes deliciosos. También escucho voces rezando, suplicando, agradeciendo,
y veo cuerpos inclinándose ante el mar. Después, todos se callan, esperando que
la marea lleve las ofrendas. Esperan mucho tiempo…y al final, cuando los
regalos desaparecen, la gente marcha atrás, mirando al horizonte, por respeto
para la reina del mar.
Annie
Lago de Paladru: la leyenda de la Señora Blanca
La Señora Blanca es una amiga de la Reina Ginebra (Guenièvre). Es una
transformación de la leyenda del Rey Arturo y de Melusina, viven en la selva
y el evento ocurrió en el lago de Paladru. Aparece encima de la torre de
un castillo.
Cuando los niños no escuchan los padres se dicen:" Voy a buscar la
Señora Blanca"
Para los padres es una manera de tener el poder.
Brigitte
Una historia
verdadera
No estoy una
persona supersticiosa, pero hay muchas cosas que no podemos explicar.
En mi
familia, tuve un tío que fue resistente durante la guerra, detenido por los
nazis y enviado en campo de concentración, se quedó dos años en Alemania, pero regresó
a la liberación.
Uno o dos
años antes de la guerra, con amigos y para entretenerse, este tío enseñó su
mano a una mujer gitana que quería leer las líneas de su vida, le dijo
« veo allí alguna cosa terrible, será muy difícil para usted, pero saldrá
adelante».
Mi tío, que
no era supersticioso, me dijo que durante su deportación, esta predicción le había
ayudado.
Christiane
Mi noche con Yemanjá…
Yo había colgado unas obras de mis compañeros del curso en
el blog, en este texto debíamos contar cómo veíamos “la noche de Yemanjá” con relación a lo que habíamos
estudiado algunos días antes, después de enviar un mensaje para pedir de nuevo
a mis compañeros sus obras, recibí uno de mi profesora diciendo que estaba
“nada mal” pero que no la veía mi obra en la entrada… lo que estaba normal
porque, poco motivado, no la había hecho…
también un poco molestado, decidí contar “la noche de Yemanjá” a mi
manera, así tomé mi vehículo preferido una pequeña nube para cruzar el charco e
ir rumbo a Buenos Aires por supuesto y el 2 de febrero, no fue difícil
encontrar una playa invadida por la muchedumbre que venía a homenajear a la
diosa con muchos regalos, la cuya lista pueda encontrarse en el texto que vimos
en clase, sin olvidar las plegarias y otros deseos, por mi parte quería verla
Yemanjá, tenía muchas cosas que decirle y preguntarle, sobre todo que hace
mucho tiempo que ella frecuentaba la costa de América Latina y que
probablemente al menos conocía
el castellano, sin olvidar que es una diosa y que normalmente sabe todo...
Cuando cae la noche,
el mar se cubre de claveles blancos y velas encendidas en botellas cortadas
para que floten, poco a poco todo el blanco se agrega y vi aparecer la esbelta
silueta de Yemanjá por encima del oleaje, como por Internet, pero con una
sonrisa enigmática, la muchedumbre parecía haber desaparecido también la música
y el rumor ambiente, sólo vi ella, le hablé mucho como nunca lo había hecho o
sabido hacer y parecía escucharme… finalmente hablando, me di cuento que podía
encontrar yo mismo la solución que buscaba y me callé, mirando la cara de
Yemanjá me parecí ver sus labios moverse y oír “Yemanjá ayuda a quienes se
ayudan a sí mismos”* quedé un momento sorprendido y vi su sonrisa… como me
gusta la de una mujer … y la diosa se desvaneció lentamente en la noche, poco a
poco el rumor, la música y la muchedumbre reaparecieron, retrocedí hacia la
playa de cara al mar como lo quiere la costumbre y sobre todo para evitar que
una ola un poco más importante que las otras me moja el culo…
Fue la principal cosa
que retuve de esta noche con Yemanjá pero no la única, me reservo para las
otras, es evidente que este cuento lo debo mucho a la imaginación, a los libros
para niños que aún de vez en cuando leo a mis nietos y a mi profesora que a su
manera me convenció escribirlo y tenía ganas mostrarle que no se parte el pelo
por nada… esperando el día en el cual podría escribir como hacemos una pintura…
¡Suspiro!
*El Señor ayuda a
quienes se ayudan a sí mismos (Aide-toi le ciel t’aidera)
Santiago
Continuará...
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