Con su primera novela, The Night, Rodrigo Blanco Calderón, a quien algunos lo señalan como uno de los mejores cuentistas de su generación, emprende un nuevo rumbo en París, pero con el mismo compromiso literario de cuando estaba en Venezuela. En la capital de la luz, su visión de una Caracas desfasada y neurótica fue galardonada el 30 de junio con el Premio Rive Gauche 2016.
Nació el 31 de julio de 1981. Desde el nacimiento, hasta buena parte de la adolescencia, su vida transcurrió entre el edificio Mary-Ros, de Amadores a Cardones —la misma calle donde murió José Gregorio Hernández, en La Pastora—, y los bloques de San José del Ávila, donde vivían su abuela y su tía.
Hijo del cardiólogo Mario Blanco y de la psiquiatra Minerva Calderón, casi no tiene recuerdos de haber vivido con su padre, aunque aquel siempre estuvo presente.
Es autor de tres libros de cuentos: Una larga fila de hombres (Monte Ávila, 2005), Los invencibles (Random House Mondadori, 2007) y Las rayas (PuntoCero, 2011). En 1999, asomó su nombre al mundo de la literatura local al obtener una mención en el II Concurso Nacional de Cuentos de Sacven. Tenía sólo 18 años. Dos años después volvería a obtener una mención en el mismo concurso y, a los 24 años, sería uno de los ganadores del Concurso de Autores Inéditos de Monte Ávila Editores. Al año siguiente, con “Los golpes de la vida”, ganaría el Concurso de Cuentos de El Nacional.Tenía 25 años.
El programa Argumentos busca ofrecer elementos para comprender el momento que atraviesa la sociedad venezolana, así como documentar los debates que se dan en algunos espacios de reflexión.
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