A Juanita le gusta este cuadro y aquí está su comentario:
En
la producción pictórica de Maruja Mallo se pueden observar diferentes períodos;
él que más me gusta es el primero cuando brillan colores vivos.
Así que he buscado cuadros coloridos y he elegido un cuadro que tiene como título «La mujer con la cabra». Es un óleo sobre lienzo, cuadrado de 110X100. Lo pintó en 1927 durante una estancia en Canarias.
La mujer con la cabra. Maruja Mallo. 1927
Se
notan tres partes: en el primer plano, una mujer joven que camina decidida,
sujetando la correa de una cabra que anda a su lado; en segundo plano, a la
izquierda, a su ventana pintada de azul como la parte baja y el lado de su
casa, se asoma una mujer; y a la derecha el paisaje que nos indica dónde
estamos.
La
mujer joven es de tez morena, va descalza, liberada de sus zapatos. Es moderna
y dinámica, viste vestidos sueltos de colores vivos, contrastando con su pelo
largo, liso y negro.
Va sola afuera y sabe a dónde va. Se puede
decir que representa la mujer «nueva». Tiene
el mismo paso que la cabra a su lado (que se parece más bien a un galgo).
Caminan al mismo compás y es interesante observar cómo se sobreponen las
piernas de la joven – que se perciben a través de la falda (es muy moderno
representarlas) - con las patas de la cabra.
Entendemos que esta cabra con sus cuernos larguísimos simboliza la
liberación femenina, la independencia. Por otra parte, conocemos la índole de
la cabra: curiosidad, perseverancia, lo que nos da a entender que la liberación
femenina se conseguirá poco a poco.
Al
lado izquierdo una mujer a la ventana de su casa. De ella, no se percibe mucho:
sólo su cara, el cuello, los hombros y el brazo izquierdo que alza. El tamaño
reducido de la ventana y el interior negro sugiere su casi encerramiento en un
hogar muy tradicional con la cortina bordada y un reloj que marca el tiempo.
Tiene
el pelo corto y rizado, la piel blanca (ya que no sale a la calle) y ojos
tristes. Va vestida de una blusa roja y alza la mano como un saludo.
No
creo que las dos mujeres comparten algo, a lo mejor no se ven. No viven la
misma vida: una sale la calle, liberada, decidida (podemos imaginarla fuerte y
trabajadora), la otra dentro de su casa viviendo como su madre. A su ventana un
lirio, símbolo de pureza y de fidelidad.
El
paisaje parece desértico con un áloe azul-verde bastante grande, plantado en
rocas rojizas al lado de unas hierbas quemadas por el sol. El áloe representa
la vitalidad, la inmortalidad y la felicidad; dicen que atrae energías
positivas.
Vemos
otros lirios más en acantilados, murallas y torres y divisamos el mar azul muy
claro. En el fondo, por la otra orilla del mar se notan otras murallas, torres
y castillos rojos y amarillos, también unos palmitos.
Al
borde del mar se puede observar también una canoa lista para salir, ¿hasta la libertad?
Encima del mar vuela un ave blanca, un palomo con las alas bien abiertas y la cola extendida. Vuela en total libertad, en paz.
Este cuadro parece ser un resumen visual de la gran lucha de Maruja Mallo por la emancipación de las mujeres.
Juanita
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