Panamá, Ecuador, Montecristi , Jipijapa, sombrero, tejerse, agua y Chimborazo.
El cortador de hielo y el culpeo
Como cada año,
Baltazar abandonó la región de Montecristi para ir a realizar
su trabajo de cortador de hielo. Dejó a su esposa e sus hijos en
casa. El trabajo de tejer las fibras de Jipijapa no
es suficiente para alimentar a la familia. Llegará a las pendientes
nevadas del volcán más alto del Ecuador, el Chimborazo,
donde podrá ejercer su oficio. Es un trabajo muy agotador porque hay que
caminar mucho y soportar el cambio de altitud.
Hoy está hecho polvo y decide hacer una pausa junto a un pequeño arroyo
de agua clara y se duerme. Mientras
está durmiendo, suena que se va caminando en medio de los campos de
paramos, oye gritos extraños, se acerca, es un culpeo cuya pata trasera está
atrapada en una trampa. La primera idea de Baltazar es que este zorro
sería muy interesante, pero en el momento de capturarlo, el zorro se dirige a
él:
- <<Déjame
vivir, te lo recompensaré>>
- << ¿Qué me darías si te entregara? >>
-<< Te daré un pequeño panamá mágico y cuando lo utilizarás nada de malo se pasará>>
- << ¿Qué me darías si te entregara? >>
-<< Te daré un pequeño panamá mágico y cuando lo utilizarás nada de malo se pasará>>
Baltazar está muy
sorprendido, un culpeo que habla, no es ordinario, como no es de piedra, acepta entregar el culpeo a cambio de un
pequeñísimo panamá tan pequeño que se pregunta para qué le
servirá. Lo pone sobre su cabeza «milagro» el panamá se adapta
perfectamente. Quiere agradecer al culpeo, pero éste se ha fugado.
De camino, está
atrapado en una violenta tormenta de nieve, no tiene nada para protegerse del
frío y tiene miedo de perder su camino. De repente piensa en su
pequeño sombrero, lo pone sobre su cabeza y el sombrero crece,
crece hasta formar un refugio donde puede esconderse todo bien en el
calor. El culpeo no mintió.
Mientras Baltazar
soñaba, el tiempo cambió, un poco de viento fresco lo despierta. Sin
culpeo cerca de él, sin pequeño panamá, sin milagro. Simplemente se siente
mucho mejor y listo para seguir su trabajo.
Miguelita
Un sombrero doloroso
En este año de 1902, la vida es difícil en las Asturias: varias minas de carbón están cerrando y hay paro. Roberto Iglesias ha perdido su empleo. En el periódico de este día un anuncio atrae su atención: “Necesitamos obreros para trabajar a la construcción de un canal entre Atlántico y Pacifico en la Colombia. Buen sueldo, equipamiento completo proporcionado ….”. Un mes mas tarde, después de una marcha cansada hasta el puerto vasco de Bilbao, Roberto embarca con unos diez otros obreros sobre un transatlántico hacía la América. Su mujer, Guadalupe esta llorando en el muelle.
Dos meses han pasado. Guadalupe abre con febrilidad la carta que el cartero acaba de traerle a ella.
“Guadalupe querida, estoy trabajando en un paraíso; hay arboles tropicales enormes con monos y pájaros multicolores y a lo lejos se ven altas montañas de la cordillera de los Andes. El trabajo es un poquito cansado, pero el equipo de compañeros es muy dinámico y cantamos mientras trabajamos. Para protegernos del sol, la compañía nos ha proporcionado sombreros de paja que son tejidos en el estado del Ecuador en la América del Sur, en los pueblos de Jipijapa o Montecristi según nos han dicho. En el Ecuador, parece que hay el Chimborazo, volcán todavía mas alto que las montañas de por aquí en Colombia, mas de 6000 metros de altura. Seré rico muy pronto y espero regresar a casa dentro de seis meses para apretarte en mis brazos. Tu Roberto”.
Dos meses mas tarde, el cartero trae a Guadalupe una secunda carta. La dirección esta escrita de modo tembloroso.
“Guadalupe querida, estoy enfermo. No aguanto mas el clima caliente y húmedo. Nubes de mosquitos nos pican y el trabajo en estas condiciones es muy duro. Muchos de nuestros compañeros padecen la malaria, muchos han muerto. Me han robado todos mis ahorros. A pesar de todo, tengo la esperanza que pueda volver rico a casa. Mil abrazos de tu Roberto”.
Un cementerio de un pueblo asturiano: una mujer esta arrodillada en frente de una tumba. Esta rezando, llorando. En la piedra de la tumba hay una extraña escultura, la de un sombrero con largas alas, un puro Jipijapa….
José
Desde el Chimborazo...a Panama!
Erase una vez Indios Quechuas que vivían en el pie del Chimborazo, la montaña mas alta de Ecuador. Mirando el volcán, el cacique tubo la idea de fabricar un sombrero teniendo la forma y el color de esta montaña.
Pero en esta altitud no encontraron material para trenzar. Buscaron, buscaron una fibra adecuada en todo el país. Por fin, llegando en la costa pacifica, en la región de Jipijapa y de Montecristi, encontraron lo que buscaban. Los habitantes de los pueblos de esta provincia utilizaban hojas de una palma para tejer canastas y sombreros.
De desde dia se instalaron en estos pueblos y empezaron a aprender a fabricar el sombrero que ahora se llama Panama. Para producir este accesorio de la cultura indígena se debe recoger las hojas de una palma, quitar las fibras para obtener lo que se llama paja-toquilla, suavizarlas en el agua caliente y blanquearlas con el humo de azufre.
Si quereis saber porque este sombrero se conoce con el nombre de Panama, buscais en Wikipedia aquí se encuentra la respuesta...!
Pedro
Un regalo peligroso
Erase una vez en el siglo 19 una chica muy enamorada de su novio. A este hombre le gustaba mucho estar elegante y solía vestirse con ropa de buena calidad. La chica deseaba hacerle un regalo y pensó en un lindo sombrero como los que empezaban estar a la moda a esta época es decir un sombrero Panamá.
Ella no tenía problemas de dinero y decidía ir directamente a este país para elegir un buen regalo. Como vivía en España se compró un boleto de barco y se marchó en las aguas hasta America. Al llegar a Panamá, descubrió que los mejores sombreros son tejidos con la fibra jipijapa y que no se encuentran en Panamá sino en Ecuador.
Entonces ella decidió ir a Ecuador. Prefirió utilizar los transportes locales aunque fueran muy lentos para echar un vistazo al famoso volcán Chimborazo. Finalmente llegó a Montecristi la ciudad mas famosa de Ecuador por sus sombreros. Aquí logró hallar lo que quería y lo compró para su novio.
Después de este largo viaje regresó a España pero cuando llegó a su casa descubrió que durante su ausencia su novio se había ido con una nueva chica....
"Quien va a Sevilla pierde su silla"
"Quien va a Sevilla pierde su silla"
Paquita
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