Fernando Trueba es un hombre
prolífico: es director para el cine, productor, guionista, también escribe
críticas.
En 1992 en Portugal rodeó Belle Epoque.
El título de esta película nos recuerda “la
belle époque” francesa, un período favorable entre las dos guerras de 1870 a
1914. ¿Es aquí una situación idéntica? La España de 1930 es rural, todavía tiene
un rey, el clérigo es muy potente; hay un gobierno militar casi una dictadura. En
Jaca, unos militares republicanos tratan sublevarse contra el gobierno, pero
fracasan. Es cuando se sitúa la película.
Aquí el tema no es la economía sino la sociedad.
Es la historia de una familia en ARCOS, un pueblecito de Aragón, en una época
en la cual parece que las mujeres tenían mucha libertad (a lo mejor el guionista
transpuso los modales de 1992 en los años 1930)
La acción se sitúa en 1930 poco después de
la sublevación de Jaca.
Fernando, un joven soldado ha desertado y
huye por el campo con unos libros, la Biblia y su trompeta dentro de su maleta.
No conocemos nada de su vida tampoco de su familia, sólo sabremos que fue
seminarista y que ahora es agnóstico.
Escapando de unos alguaciles llega hasta el
burdel del pueblo.
Allí conoce a Don Luis, el cura y a Don
Manolo que lo lleva a su casa. Don Manolo es republicano; es un artista, pintor.
Dice que es “rebelde, infiel, libertino por naturaleza” y que “vive como un
circunspecto burgués”; nunca ha podido conculcar su matrimonio.
Tiene cuatro hijas guapísimas; les conoce
Fernando en la estación: ellas llegan para el carnaval del pueblo; él quería ir
a Madrid, pero al verlas decide quedarse.
Fernando se apoda en la mansión, viviendo
con la familia y haciendo de cocinero; ingenuo, trata de seducirles.
Durante el baile del carnaval, Violeta
disfrazada de teniente del ejército casi lo viola a él, vestido de criada. En
seguida Fernando se enamora y se quiere casar. Confuso al aprender que Violeta
es “un hombre” piensa irse del pueblo, pero Manolo lo va a recuperar. Seguido
va a seducir a Rocío y a Clara que actúan muy liberadas mientras el padre no
dice nada. Es sólo cuando Luz se pone negra que él la ve y decide casarse con
ella.
Así que vamos a tener una boda, no la que se
estaba preparando, sino la de Fernando y Luz, que tiene lugar en la capilla.
Una boda “laica” (así dice Manolo “Como España es ya una república, vos podéis
daros por casados”) ya que se ha muerto el cura: se ha ahorcado a una viga de la
capilla con “el sentimiento trágico de la vida” en la mano.
No entendemos muy bien porque se suicidó,
él que tanto amaba a la vida. Dice Manolo que “quien se quita la vida, se quita
el miedo a la muerte”. ¿eso, puede referirse a un hombre de ministerio?
Esa película nos presenta en pocos días un
foco de la sociedad rural acomodada en un período especial. Por una parte, la
vida tranquila de la burguesía en el campo, por otra la vida de las chicas que
llegan de la capital con tacones y sombrero a pasar unos cuantos días de
fiesta. Lo que más sorprende es la vida libre de esas chicas. ¡Qué avanzadas parecen!
¡cómo se juegan de los hombres!
Para complacer a Rocío, Juanito se hace de
apostato él que decía que el baile era condenado por la Iglesia y hasta se cambia
en republicano. Entonces nos fijamos en la alegría con que esperan la república.
La visita de Amelia, la madre que hace de
cantante de zarzuela es muy relevante: ella tiene un amante que dilapida su
fortuna para que sea feliz y pueda cantar, se burla de él, empuja a sus hijas a
que encuentren hombres ricos y se casen, a pesar de que piensa que no son más
que egoístas.
Parece muy fuerte ese sentimiento de
libertad ya que, en España, a las mujeres les dieron el derecho a votar en 1931-
que les quitará Franco, mucho antes que Francia, pero después de unos países de
la América latina.
Hay también de notar al final que la pareja
se va América “el país de las oportunidades”, mejor para Fernando que es
desertor.
Es una película alegre, agradable, humorística, vivaz; la música dedicada le da buen ritmo.
Juanita, el lunes 1er de marzo
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