En el marco de la 20ª edición
de las “belles latinas”, la “biblioteca municipal internacional” de Grenoble
nos propuso un encuentro con “Andrés Neuman” autor de la novela “Fractura”.
Así el
sábado 23 de octubre encontramos el joven autor del cual se dice que es un
escritor prometedor y delante de unos treinta hispanohablantes...
...hizo también una
demonstración de su talento como orador.
Se presentó rápidamente y
luego habló de dos obras que publicó antes, “El viajero del siglo” y “Bariloche”,
por supuesto la parte más importante fue “Fractura” que nos dijo, necesita
mucha investigación… Por ejemplo, evocó
la vida de un ingeniero japonés “Tsutomu Yamaguchi” que estaba en Hiroshima y
luego en Nagasaki cuando estallaron las bombas, este hombre escapó de la muerte hasta los 93 años y en la novela se convirtió en “Yoshie Watanabe” … aquí está un pequeño video
en el cual habló de este hecho
Hubo pocas
preguntas porque el hombre desarrollaba mucho las respuestas y el encuentro
programado para una hora duró casi dos… pero una de las preguntas me llamó la
atención, en la novela y en su vida laboriosa Yoshie Watanabe trabajó en
cuatro países, Francia, Estados Unidos, Argentina y España, en cada uno vivó
con una nueva mujer quien en la novela hablaba… y la pregunta fue cómo el
autor, un hombre, hizo para meterse en "la piel de una mujer” … nos dijo que investigó entre las mujeres de su entorno como por ejemplo la
nueva pareja de su padre e intentó borrar su educación patriarcal… (aquí me perdí un video).
Los asuntos de debate no faltaron, pero para acabar nos dijo que en general
utilizó todas las herramientas de la escritura, periodismo, ficción, poesía, para que el lector no se aburra...
El martes 19 de octubre
corregimos los ejercicios que teníamos que hacer y continuamos hablando del escritor
argentino Eduardo Fernando Varela que está leyendo en estos momentos el
escritor venezolano Rómulo Gallegos (1884-1969). Este fue también presidente de
la República Venezolana en 1948. Es considerado como el mejor representante de
la literatura venezolana del siglo XX.
Hablamos de su novela
"Doña Bárbara" (1929) y de la película mexicana "Doña Bárbara"
(1943) con María Félix gran actriz mexicana.
Recordar estas expresiones :
Hemos visto las
expresiones siguientes que intentaremos utilizar tanto como sea posible durante
todo el año.
Marear la
perdiz : Hacer perder intencionadamente el tiempo en rodeos. "Estuvo
mareando la perdiz durante la reunión, repitiendo una y otra vez lo mismo"
Achicharrar el
cerebro : Quemar el cerebro. "El estrés puede achicharrar el cerebro","Es
el sol que nos achicharra el cerebro."
Dar gato por
liebre : Engañar a alguien. "Marcos es muy ingenuo y siempre le dan gato
por liebre"
Dar en el clavo
: Dar la buena respuesta. "Marta preguntó algo y Juan dio en el clavo con la
respuesta"
Ser coser y
cantar : Ser muy sencillo (coloquial) "Con tus recetas es coser y cantar !
Todo está explicado de maravilla !" "Este viaje ha sido coser y cantar. Todo ha
sido muy bien."
Hablar por los
codos : Hablar muchísimo. "María habla por los
codos. Cuando empieza a hablar, no hay quien la pare!"
Hincar los
codos : Estudiar/trabajar duro. "Tengo un examen mañana, tendré que
hincar los codos si quiero aprobar"
Estar en el quinto Pino (coloquial):
Indica que algo está muy lejos o en medio de la nada. "¿Y tú crees que haya
Internet en ese hotel que queda en el quinto pino?"
El escritor Andrés Neuman
Luego hablamos un poquito
del escritor Andrés Neuman que estará a la biblioteca internacional sábado 23
de octubre y presentara su última novela "Fractura". El encuentro es
a las 11 de la mañana. Andrés Neuman tiene la doble nacionalidad argentina y
española. Nació en Buenos Aires en 1977. Sus padres son músicos y huyeron la
dictadura emigrando a España en Granada.
Hizo estudios de filología,
enseno literatura hispanoamericana. Es periodista también para el diario “El País”
y escribe novelas, cuentos, poemas y letras de canciones. Ha obtenido varios
premios literarios de poesía y por sus novelas. Evocamos su novela “Fractura” a
través de una entrevista del autor en Colombia (ver el artículo de Ligia en el
blog).
Trabajo por las vacaciones
Durante las vacaciones
tenemos que ir, si es posible, al encuentro el sábado 23 de octubre escuchar
este autor, trabajar sobre Andrés Newman y su novela "Fractura"
estudiando algunos de sus artículos en “El País”, a través de la Música y del
artículo de Ligia.
Pequeño recuerdo
Vamos a estudiar el libro "Relatos del Río de la Plata"
El escritor Andrés Neuman estará en la Biblioteca Internacional el 23
de octubre a las 11h.
Nació y pasó su infancia en Buenos Aires. Hijo de músicos argentinos
exiliados, terminó de crecer en Granada, en cuya universidad fue profesor de
literatura latinoamericana.
Algunas cosas que dice en sus entrevistas:
Mi
madre se llamaba Delia Galán, y como está muerta, necesitamos revivirla cada
día, así que hoy revive al pronunciar su nombre.
La
razón por la que aterrizamos en Granada cuando mis padres decidieron exiliarse
de Argentina, fue, además de la legendaria belleza de la ciudad, su fama de
lugar acogedor, su universidad —pensando en el futuro de sus dos hijos—, que
había una orquesta que se estaba formando, la OCG, y de la que mi madre formó
parte desde su segundo año de existencia.
La música para mí ha sido un lenguaje familiar y un medio de transporte,
además de un arte. Eso me ha abocado a una especie de vida de frontera. Desde
entonces mi casa ha sido un puente. Yo no puedo elegir entre orillas —tema de
las dicotomías—. A mí la pregunta “¿de dónde eres?” no me sirve como punto de
partida. Sí la manera de comunicar mis orillas. A veces vivo en un puente;
otras, por circunstancias, estoy más cerca de ésta o de la otra orilla; otras
justo en medio y otras veces me quiero tirar por el puente y que alguien me
alcance un salvavidas, pero siempre existe esta relación entre ambas.
Esta realidad está presente cada minuto de mi vida: cuando hablo, pienso o me
emociono. Mi madre encarnó eso de forma radical, porque nació en una orilla y
murió en la otra. No se puede elegir entre la cuna y la tumba de tu madre.
Me planteo las novelas como un método de estudio. Puede ser un estudio de
personaje, de una época, de una emoción, pero hay un enorme trabajo sistemático
en una novela, al menos como yo la entiendo. Lo que me atrae de la ciencia es
el asombro radical: no da nada por sentado. Y es ahí donde ciencia y poesía se
encuentran. Desde esa óptica toda ciencia es poética, porque se asombra
una por una de todas y cada una de las cosas de este mundo y sus
manifestaciones, y además trabaja con lo desconocido. Se tiende a pensar que la
ciencia trabaja solamente con la certeza, pero esa es una visión retrospectiva:
la ciencia nos va dejando certezas a posteriori. Pero desde presente hacia
adelante sólo tiene incertidumbres; se centra en lo que no conocemos.
Con la
música la palabra cobra el cuerpo que buscaba. La palabra tiene algo de
fantasmagórico, en el sentido de que es trágicamente inmaterial y sin embargo
crea presencias continuamente.
La
música, a pesar de que suela considerarse un ente inmaterial, es enormemente
física, porque se produce con el cuerpo o sale del cuerpo y llega él de forma
más directa. En el caso del canto, el modo en que sale del cuerpo es muy
evidente, al igual que sucede con los instrumentos de viento, que se produce
gracias a algo tan íntimo como es el aire, del que también estamos hechos. Y en
los otros instrumentos, con las manos, con el roce… En mi familia, por el
contacto que teníamos con la música, siempre nos produjo rebeldía esta idea de
que es abstracta, el gran malentendido de quienes no conviven con ella. Me he
criado con una violinista y con un oboísta. Para mí la música eran los callos
de mi madre, la herida en su cuello y sus problemas cervicales o de vista; cómo
mi padre tenía que limar las cañas como un artesano, cómo soplaba el
instrumento cuando el aire y la saliva se atascaban… ¿Qué tiene de abstracto
todo esto? Lo abstracto es la armonía, es el lenguaje, la sintaxis musical…
Pero eso es apenas un instrumental, no la música en sí misma. La música sale
del cuerpo y llega al cuerpo. Muestra de forma más carnal lo que la literatura
hace de una manera diferente, a pesar de que la literatura también nos pueda
afectar físicamente, pongo por caso, haciéndonos llorar.
Por
ejemplo, cuando músicas un poema es como si el fantasma volviera a tener pies,
y ritmo. Y te diría que sí, que cuando escribo, ignoro si por deformación
familiar o por inclinación personal, tengo una permanente sensación cantabile,
por expresarlo de forma musical, la sensación de que el fraseo que me gusta
está a punto de querer cantar, y que hay una partitura sin duda en la sintaxis,
una simetría, y también asonancias, pero que todo, incluyendo el desorden,
tiene una armonía secreta. El arte de la escritura tiene mucho que ver con eso,
con crear estructuras muy armónicas y equilibradas, incluyendo los desequilibrios
que las contrapesan, y que están destinadas a emocionarte de manera totalmente
instintiva e irracional. La escritura, al igual que la composición musical,
trabaja con herramientas enormemente técnicas: ritmo, fraseo, compás… las
cuales tienen, sin embargo, una infinita capacidad emocional y
espiritual.
No he
podido ir por el camino de la música, a pesar de que estudié algunos
instrumentos y fui un torpe músico aficionado, pero si no me quedó el talento
musical, sí que me ha quedado la inclinación musical hacia la palabra, la cual
tiene la misma elasticidad de la música: hay momentos de “escritura de cámara”,
como lo suele ser la poesía, enormes momentos sinfónicos, como es el caso de la
novela. ‘Fractura’, por ejemplo, tiene algo de sinfónico en su estructura,
momentos de mucho forte, otros de tutti, muy orquestados,
pero también pequeños solos. Me gusta imaginarlo así, con símiles musicales,
porque conectan con esa parte de mi
El oído es un órgano poderosísimo donde está
el alma secreta de las cosas; además, es un órgano que, excepto en los momentos
musicales de nuestra vida, subestimamos. El resto de los sentidos está más
presente en nuestra vida no artística (la vista, la gran dictadora de nuestro
tiempo, pero también el propio gusto, el tacto, desesperadamente necesario en
un momento pandémico como este que vivimos…).No somos plenamente consciente de
hasta qué punto nos afecta ético estéticamente el oído, las 24 horas del día
—ya que es el órgano que nunca descansa—. En cierto modo es la medida de todas
las cosas en literatura.
Avanza hasta 12:00 para ver la entrevista hasta 30:44 que realizó en el programa argentino "Libroteca"
Programa "El Nuevo Siglo". Estudió la historia de Japón, Francia, Estados Unidos, España y
Argentina, para lograr “fronteras simbólicas entre lugares que no son
lindantes”. De allí saliò "Fractura"
El periodista Sergio Sarmiento en el programa ADN Opinión
Algunos informaciones para comprender la obra del escritor:
KINTSUGI es
el antiguo arte japonés de restaurar objetos rotos o deteriorados con oro. Así
dignifica el objeto y su historia, convirtiéndolo en algo digno y valioso
justamente por lo vivido.
El terremoto y tsunami de 2011fueron los eventos naturales más catastróficos que Japón ha experimentado en
este inicio de siglo XXI. La tragedia pudo haber sido mucho peor si todos los
reactores de la central de Fukushima hubiesen estado activos en ese momento.
José Watanabe Varas nació
en Laredo, un pueblo al este de Trujillo, el 17 de marzo de 1945. Falleció el
26 de abril a los 61 años. De su padre japonés aprendió el arte del haiku.
Realizó una obra poética con pocas palabras que, a su vez, tenían la capacidad
de hacer mágica la vida cotidiana. Además de poeta, editor de libros para niños
y adolexcentes, guionista de cine y teatro, gerente del canal estatal de
televisión durante el Gobierno de Transición de Perú (2000-01), y un fanático
de la música en todas sus variantes.
A través de Watanabe, un japonés víctima de Hiroshima y Nagasaki, Neuman
conecta países, realidades, culturas y generaciones en una historia universal
de heridas y superación. Para hablar de ello ha seleccionado:
Sasaki, Takashi Fukushima. vivir el desastre
El 11 de marzo de 2011, a las
14:46 horas, Takashi Sasaki sintió una brutal sacudida. Los libros almacenados
en su salón cayeron en avalancha y las puertas de la casa salieron despedidas
como en una gran explosión. La costa nordeste de Japón acababa de sufrir un
devastador terremoto de magnitud 9 en la escala Richter. Pero eso no era todo,
apenas una hora más tarde, un gran tsunami de 38 metros de altura dejaría una
estela de destrucción a su paso. Más de 15.000 vidas truncadas, más de 3.000
desaparecidos, poblaciones enteras arrasadas y el grave accidente nuclear del
la central de Fukushima Daiichi.
Takashi Sasaki, profesor de español
jubilado, vivía con su mujer enferma a 25 kilómetros de la central nuclear
Fukushima Daiichi, dentro del espacio incluido por el gobierno japonés en la
«zona de exclusión». El 80% de los 30.000 habitantes de Minamisōma se vio
obligado a abandonar sus casas. Sasaki se quedó ―junto a su mujer, Yoshiko― y
decidió ofrecer al mundo testimonio directo de la tragedia. A modo de diario,
Sasaki narra con naturalidad su día a día en una ciudad fantasma: los problemas
de suministros, la desesperante actitud del gobierno, los quehaceres diarios,
la sonrisa de su pequeña nieta Ai, la solidaridad de quienes han decidido
quedarse. Todo ello le obliga a plantearse problemas más profundos: qué es el
patriotismo, la necesidad de ir a las raíces de los problemas, de aprovechar el
terremoto para actuar de forma humana. Sasaki reflexiona con sorprendente
optimismo sobre el mundo que surgirá tras las la tragedia, una esperanza que
brota en forma de ciruelos florecidos y una naturaleza cuyos ritmos no se
detienen.
Takashi
Sasaki (Satori), que aparece brevemente como personaje en la novela (capítulo
7); y
- Otro país, de James
Baldwin (que se publicó en diferentes editoriales, y hoy parece descatalogado
en español).
Además, Neuman recorre varias
generaciones y géneros a través de los libros elegidos:
- Camilo asciende y otros relatos, de Hebe Uhart
(Interzona)
- Saliendo de la estación de
Atocha, de Ben Lerner (Literatura Random)
- Cuaderno de campo, de Maríanchez (La Bella Varsovia)
- The mother of all questions (Granta Books,
aún inédito en español), el nuevo libro de Rebecca Solnit, la autora de Los
hombres me explican cosas.
- El tiempo regalado, de Andrea
Köhler (Libros del Asteroide)
- Contra el tiempo, de Luciano
Concheiro (Anagrama).
Él a su vez tambien escribe cuentos, LAS COSAS QUE NO HACEMOS es un cuentometaje
Me gusta que no hagamos las cosas que no hacemos. Me gustan nuestros
planes al despertar, cuando el día se sube a la cama como un gato de
luz, y que no realizamos porque nos levantamos tarde por haberlos
imaginado tanto. Me gusta la cosquilla que insinúan en nuestros músculos
los ejercicios que enumeramos sin practicar, los gimnasios a los que
nunca vamos, los hábitos saludables que invocamos como si, deseándolos,
su resplandor nos alcanzase. Me gustan las guías de viaje que hojeas con
esa atención que tanto te admiro, y cuyos monumentos, calles y museos
no llegamos a pisar, fascinados frente a un café con leche. Me gustan
los restaurantes a los que no acudimos, las luces de sus velas, el sabor
por venir de sus platos. Me gusta cómo queda nuestra casa cuando la
describimos con reformas, sus sorprendentes muebles, su ausencia de
paredes, sus colores atrevidos. Me gustan las lenguas que quisiéramos
hablar y soñamos con aprender el año próximo, mientras nos sonreímos
bajo la ducha. Escucho de tus labios esos dulces idiomas hipotéticos,
sus palabras me llenan de razones. Me gustan todos los propósitos,
declarados o secretos, que incumplimos juntos. Eso es lo que prefiero de
compartir la vida. La maravilla bierta en otra parte. Las cosas que no
hacemos.
Puedes entrar a la Página oficialdel escritor (pinchando)
Extraída de internet
También podemos seguirlo a traveés de su blog Replicasdonde nos muestra su arte de escribir.
Poeta en el país
Salgo por un
tiempo de Granada, ciudad extranjera y propia. Me despido leyendo Mi pueblo
y otros textos vegueros (Barril y Barral), recopilación de escritos que
Lorca dedicó a su pueblo natal de la vega granadina. Revivo el temblor de la
legendaria Alocución al pueblo de Fuente
Vaqueros, compendio
de las inquietudes humanistas y sociales del poeta. Cuesta creer que ese
discurso fuera pronunciado hace 80 años: «No pediría un pan; sino que pediría
medio pan y un libro. Ataco desde aquí violentamente a los que sólo hablan de
reivindicaciones económicas sin nombrar jamás las reivindicaciones culturales
(…). Bien está que todos los hombres coman, pero que todos los hombres sepan.
(…) Cuando Dostoievski, padre de la revolución rusa mucho más que Lenin, estaba
prisionero en Siberia, tenía frío y no pedía fuego, tenía terrible sed y no
pedía agua, pedía libros, es decir horizontes, es decir escaleras». Qué actual
suena la vieja sensatez. Antes de despedirse, el poeta pronuncia: «Y un saludo
a todos. A los vivos y a los muertos, ya que vivos y muertos componen un país».
Lorca es este país mucho más que algunos vivos.
Compréndeme, no es fácil velar por alguien siempre:
a veces necesito saber que tienes miedo.
Cuando sepas hablar, identifícame;
diciéndome papá ya habrás hecho bastante.
En invierno no abrigues demasiado
tu cuerpo de princesa, más útil y más noble
es irse acostumbrando a resistir.
Acepta golosinas de los desconocidos
-no está el mundo como para negarse-;
pero apréndete esto lo más pronto que puedas:
lo habitual es el odio, o que te ignoren,
y no los caramelos.
Te enseñaré a leer fuera del aula,
y llegada la hora quiero que escribas mar
sobre los azulejos del pasillo.
Cuando por vez primera cruces la calle sola
sabrás que el riesgo y la velocidad
perseguirán tus días para siempre.
No creas que, en el fondo, no soy un optimista:
si no lo fuera, entonces no estarías allí
cuidando que te cuide como debo.
Como ves, desconfío
de quienes no veneran el asombro
de estar aquí, ahora;
existe la alegría, pero duele.
Tendrás que
conseguirla.
El Órbita programa que aprovechó la visita del escritor a Colombia para conocer más
de “El fin de la lectura”, en la que recoge 25 cuentos y microrrelatos, y
algunas reflexiones sobre este género del cual es defensor, ya que, según sus
palabras, “La extrema libertad de un libro de cuentos radica en la posibilidad de
empezar de cero cada pieza. Exigirle unidad equivaldría a ponerle un candado al
laboratorio”.
Las dificultades de publicar
La música hace parte del escritor, bloguero y columnista con Juan Trova
Buenos Aires al vuelo
Todo comien
en la tercera planta del pasado,
la quinta puerta al fondo del olvido.
Ábrela, ciérrala: hay viento suficiente
para escapar, y tiempo para entender al fin.
Las calles coloniales y todavía sucias de San Telmo
que alguien en mi nombre recorre alucinado,
los domingos en venta su sol artesanal,
aquel otro mercado (hangar de contraluces)
cuando el precio del pan subía cada tarde,
quedarme con el cambio, tan sólo dos monedas,
el grito de ese niño que me aturde
despertando algún miedo en otro idioma,
nombres que aún traduzco,
un balón de colores descendiendo,
aquel mirar vacío de cierto amigo muerto en delantal
(su cara detenida como en un papel pálido),
los varios ataúdes que me hicieron adulto,
un ladrón diferente en el espejo: esos balcones
al otro lado, asómate, del tiempo
y del aire y del plano que se acerca
a dos ojos cerrados, las luces y los pozos,
el pronto aterrizaje, su riesgo necesario,
(las calles de allá abajo y aquí dentro),
Igual que en el mercado yo quisiera
quedarme con el cambio, ser ayer
teniendo la memoria de mañana.
A mí se me hace cuento que existiera un lugar
al que pertenecer, un árbol sin raíces, una línea
que ya no tiene suelo, palpita de invisible,
traza su propio mapa en mi reverso, habla,
duele y remonta el vuelo.
Se puede escucha otras canciones del disco libro en en sitio delJuan Trova
La idea de Alguien al otro lado surgió precisamente
como sugiere su título: gracias a alguien más, un músico, que cruzó la frontera
de la página. Y leyó tarareando. Y escuchó melodías. Y se puso a tocarlas.