Hola todos,
Después de haber estudiado y presentado varias obras muy interesantes de
Botero, hemos elegido dos:
El gato de 1978
El picnic de 1989
Nos toca a nosotros inventar una historia de una veintena de líneas utilizando a los conectores.
¿Puedes enviarme os estudios de pintura de Botero?
Abrazos
Miguelita
Tradicionalmente representado en sufrimiento el Cristo del Ecce Homo da lugar
a una iconografía importante en el arte religioso occidental.
Para su interpretación del
tema, Botero eligió una estrategia muy diferente. En la obra del artista
colombiano, ningún músculo está tenso, ninguna vena traduce el sufrimiento y la
sangre está casi ausente de la representación. Solo unas pocas gotas de sangre
están presentes en la frente, el torso y los hombros de Cristo. El aspecto, la
dirección y la forma de estas gotas poseen casi un carácter ornamental.
A diferencia de la
representación tradicional del tema, la corona de espinas está miniaturizada y
las espinas parecen romas. Cristo también sostiene sin cuidado en la mano la
cuerda que sirve inicialmente para atar sus muñecas. Finalmente, el cetro de
caña es reemplazado por una palma, símbolo de victoria en el mundo pagano o
símbolo de la victoria espiritual de los Santos Mártires en la iconografía
cristiana. Sustituyendo la caña de la humillación por la palma de la victoria,
Botero rompe con la tradición y ofrece a su Ecce Homo una victoria sobre la
muerte, una especie de visión de la resurrección que le espera.
Bajo el pincel de Botero, la imagen cristiana destinada a expresar el
sufrimiento de Cristo y la culpa de los fieles se convierte en un
apaciguamiento. El dolor ha perdido su realidad lo que permite una distancia
del espectador.
La mujer frente a la ventana
Fernando
Botero adora y admira a la mujer, protagonista principal en sus cuadros; es uno
de los artistas contemporáneos que más ha pintado figuras femeninas desde
reinas, madres, hijas hasta, incluso, prostitutas.
La “mujer
frente a la ventana” está desnuda, acaba de abrir la ventana probablemente para
disfrutar del frescor del anochecer sobre la ciudad.
Su cuerpo es
voluminoso pero sensual y casi armonioso, usa zapatos de tacón verdes a juego
con el color de las paredes de su habitación. Podemos pensar que es su vestido
rojo que acaba de quitarse el que está colocado sobre su cama.
¿Es una prostituta la que Botero quería pintar o simplemente una mujer que acaba
de regresar de uno de esos bailes que al pintor también le gustaba pintar?
La mujer lleva
pendientes rojos y sus uñas también están perfectamente pintadas de rojo, todo
a juego con su vestido.
Me gusta este
cuadro realizado en los años 80, muy crudo y muy colorido, que describe un
mundo modesto y deja lugar a muchas interpretaciones.
Isabel
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