martes, 26 de marzo de 2024

El Monasterio de Guadalupe

   Talin nos presentó El manuscrito de Niebla bajo una luz más léxica con detalles sobre la atmósfera de la época,  los lugares, la imprenta, la inquisición. Su texto muy interesante llegará a través del blog al fin de semana.

    Martine hizo un estudio detallado del Monasterio de Guadalupe a partir del vídeo enviado por Ligia. Destacó la arquitectura, la importancia de la construcción, los ricos detalles de la decoración y la importancia de este lugar en relación con la hija de Enrique IV: Juana. 





Para la próxima semana: ver la película «La Corona Partida»

Encontrar las expresiones de las cartas del juego hecho en curso.

Feliz Semana Miguelita


    Ligia llamó nuestra atención sobre las obras pictóricas de Francisco de Zurbarán en el Monasterio. Adjunto un texto sobre él. Cuatro de sus obras están en el Museo de Grenoble.

https://www.google.com/search?sca_esv=ab02dd2696e7e4b9&sxsrf=ACQVn0-gQbivTfCa3_47EE2APOQJIOBKqw:1711476387505&q=francisco+de+zubaran+biografia&tbm=isch&source=lnms&prmd=ivnbz&sa=X&ved=2ahUKEwjAk_mwwpKFAxVkRaQEHUM5Bu8Q0pQJegQIDBAB&biw=1366&bih=607&dpr=1

            El pintor conocido como Francisco Zurbarán, hijo de un comerciante vasco, nació en Fuente de Cantos, España un 7 de noviembre de 1598. Su formación artística ha comenzado cuando ingresa como aprendiz en el taller sevillano de Pedro Díaz Villanueva, hasta que en 1617 decide trasladarse a Llerena, donde reside durante más de diez años realizando trabajos para diversos conventos de Extremadura y Sevilla. Luego, en 1629 Zurbarán atiende la invitación del municipio sevillano y se instala en la ciudad durante los siguientes 30 años, hasta que en el año 1635 abandona Sevilla por primera vez para desplazarse a Madrid con el encargo de pintar la serie mitológica de Los trabajos de Hércules y dos cuadros de batallas para el Palacio del Buen Retiro.

         Luego la década del 40, la más fructífera de su obra, se la ha pasado realizando varias pinturas para el monarca Felipe IV, por lo que firma alguna vez pintor del Rey. Y luego en la siguiente inicia su declive, pues no recibe tantos encargos como en épocas anteriores, aunque continúa pintando excelentes obras, y en 1658 viaja por segunda vez a Madrid, donde reside definitivamente, aunque con dificultades económicas.


         En su estilo marcado en toda su trayectoria se logra encontrar la fuerte influencia de Caravaggio, José Ribera y Diego Velázquez, así como también le ha influido el estilo de Bartolomé Esteban Murillo. Su primera obra conocida ha sido pintada por Francisco cuando contaba con tan sólo 18 años de edad, y es la Inmaculada Concepción creada en 1616, siendo una obra de juventud, que es lo que denota, así como también un Cristo crucificado de 1626, un tema que repetirá en numerosas ocasiones a lo largo de su carrera. 

         Este pintor español se ha hecho conocido por sus cuadros religiosos y escenas de la vida monástica en la época del barroco y la contrarreforma, y su estilo adscrito a la corriente tenebrista por el uso que hace de los contrastes de luz y sombras, se ha caracterizado básicamente por la sencillez compositiva, el realismo, el rigor en la concepción, exquisitez y ternura en los detalles, formas amplias y plenitud en los volúmenes, monumentalidad en las figuras y apasionamiento en los rostros, tremendamente realistas.


          Posteriormente, en los años finales de la década de 1630, Zurbarán realiza el ciclo de pinturas del Monasterio de Guadalupe de 1638, únicas piezas que se conservan en el lugar de origen, en el que retrata en diversos lienzos la vida de san Jerónimo y las principales figuras de su orden monástica, y la serie para la Cartuja de Jerez de 1633, cuyas historias evangélicas del retablo se encuentran en el Museo de Grenoble.



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