sábado, 23 de agosto de 2025

Encuentros con Santiago Roncagliolo

 

Los Apasionados hablan de los dos encuentros con 

Santiago Roncagliolo.

 15/04/25

 A propósito de Pudor, de nuevo hablamos del tema de las fantasmas, que aparecen tanto al principio como al final  de la historia ;  los franceses y europeos  sentimos incomodidad o malestar en cuanto a estos seres que se encuentran en el límite entre los vivos y los muertos. Debemos recordar que Roncagliolo pasó parte de su infancia en México

“Me acuerdo mucho de la cultura de la muerte en México, que tiene que ver mucho con lo que yo escribo en realidad; hay mucho de la muerte y la violencia en mis trabajos “  

https://www.eleconomista.com.mx/arteseideas/Los-monstruos-y-fantasmas-de-Roncagliolo-20161206-0105.html

Con dificultad creo entender que en algunas culturas, ver un fantasma puede interpretarse como un mal presagio o como una señal de que el espíritu de un ser querido intenta comunicarse.

Recordamos el texto :

“Fue entonces cuando apareció el fantasma. Era una mujer. Entró por la puerta con el pijama medio abierto por atrás y una botella de suero en la mano, tratando de peinarse un poco, como si la hubieran agarrado desprevenida. Cuando vio el ajetreo alrededor de la cama, se detuvo a observar con curiosidad. Era una mujer muy extraña. Olía a medicina rancia, iba mal pintada y tenía el pelo largo y desordenado. La cicatriz de una operación en el pecho sobresalía del pijama apuntando hacia el cuello. Apenas entendió lo que ocurría, miró a todas partes para averiguar dónde estaba. Los aparatos, los doctores y la enfermera sonriente con el dedo en la boca le confirmaron que era un cuarto de hospital. Después se volvió hacia Sergio, que la miraba, y dio un salto atrás, como si recién lo hubiese descubierto. Preguntó:

- ¿Ésa soy yo?

- Es mi abuela —negó Sergio.

—Ah, bueno —gruñó el fantasma. Siguió mirando y luego volvió a hablarle a Sergio—. Seguro que es mejor para ella.

Sergio prefirió no responder. A veces, cuando papá se quejaba de la actitud de alguien, mamá decía «sus razones tendrá» y dejaba correr el asunto. Sergio pensó que el fantasma también tendría sus razones para decir esas cosas de los muertos, y además así, con medio calzón afuera de la ropa, escupiendo al hablar sobre la foto de la enfermera que sonreía con el dedo en la boca. Pero el fantasma sólo se quedó un momento en esa posición. Después se volvió hacia Sergio, una vez más como si acabase de notar que estaba ahí.

—Yo sé quién eres —le dijo—. Tú también estás muerto. »

  Michèle


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