Agnès nos propuso su cuento para evocar una obra de Martín Chirino:
¿Quieres eran las "Harimaguadas" y que importancia tenían en la sociedad aborigen canaria?
En el
pasado, los aborígenes de Gran Canaria rendían
culto a su Dios Acorán. En esas ceremonias, un grupo de mujeres era de vital
importancia por su experiencia y conocimiento de lo divino, las Harimaguadas, las “sacerdotisas” aborígenes
canarias que han sido fundamentales en la sociedad prehispánica
de la isla. También indican los primeros historiadores que las harimaguadas se
diferenciaban del resto de mujeres porque vestían largas túnicas de piel de
color blanco muy largas que cubrían totalmente sus cuerpos. Las harimaguadas
tenían dos asilos principales cercados de muros, de cuyo recinto no salían sino
en días determinados para pedir comida y agua y bañarse en el mar, estando
prohibido que ningún hombre las encontrase en dichas ocasiones. Se las veía
peregrinar hacia los riscos sagrados situados en lo más alto de la cumbre de
Gran Canaria con vasijas llenas de leche y de manteca para hacer rituales y
ofrendas como por ejemplo pedir, que la lluvia volviera a mojar sus tierras …
Mi cuento:
Hace
muchos años la vida transcurría muy pacíficamente en la Isla de Gran Canaria.
Cada día los hombres salían a pescar y las mujeres iban a trabajar la tierra y
cuidaban a los niños.
Aquel día un joven Martín no se despertó suficientemente
temprano para ir a pescar con los hombres y decidió andar a la playa para ver
donde estaban los barcos. Oyo de repente cantos melodiosos y risas y se dirigió
discretamente hacia rocías un poco más abajo Entonces se ofreció a él un espectáculo
paradisiaco: 7 muy guapas muchachas bailaban y cantaban desnudas en el agua
turquesa golpeando el mar con largas ramas de palmeras…
Muy pronto Helena, una de ellas lo descubrió y sus
miradas se cruzaron … A la sorpresa y al flechazo siguieron angustia y pánico
porque ambos conocían la regla: «será castigado
a muerte todo hombre que las contemplará.»
Para intentar salvarlo, Helena se desplomo sobre la arena
y sus amigas que trataban de rescatarla no vieron a Martín huyendo.
Martín nunca conto a nadie esto evento sino nunca olvido esta experiencia divina y muchos años después escribió su historia en un libro transmitido secretamente de generación en generación y así llego a nuestro escultor del día Martin CHIRINO quien inmortalizo el reconocimiento de su antepasado lejano por aquella harimaguada que le salvo la vida, creando una obra blanca muy poética y conocida ahora en todo el mundo y que por supuesto vosotros también han reconocido... Lady Harimaguada.
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